GATTACA (1997)
Las veces que he visto películas futuristas, la verdad es que no lucen muy esperanzadoras, es probable que muchos veamos que avanzamos hacia una gran decadencia, pero al final logramos tomar conciencia de lo que estamos haciendo, para luego revertir la situación. En lo personal, creo que el futuro no es tan oscuro como parece, muchas personas están tomando conciencia de lo que ocurre, lo cual es una muy buena señal.
La película Gattaca guiada y dirigida por Andrew Niccol (The Truman Show), narra la historia de un hombre que tenía un solo objetivo, pero muy claro: lograr pertenecer a una elite dedicada a los viajes espaciales, para luego ser el encargado de una misión interplanetaria. El problema es que este hombre tenía algunas “fallas” de orden genético que para nosotros en estos tiempos no tienen nada fuera de lo común, algunos problemas de visión y una predisposición a tener problemas al corazón, pero nada que le evitara ser un hombre “normal”, entonces ¿Cuál es el problema? Pues en el tiempo que se desarrolla la película, los niños que llegaban al mundo venían con una pre selección más allá de la selección natural que nos ha permitido llegar a este mundo, en estricto rigor, se puede elegir un ser genéticamente perfecto...
Este hombre logra su objetivo a través de un montaje realizado con otro personaje, que teniendo esta genética “perfecta” no podía trabajar en ello por un accidente que lo dejó sin poder caminar. Así, utilizando a este otro personaje logra engañar a toda la gente encargada de supervisar la academia.
No quiero contar mucho más de la película para motivarlos a verla, tiene muchos mensajes que creo son interesantes para nuestros días.
Mi análisis de hoy apunta a como hemos empezado a manipular la información genética de todo... sí, de todo, aún no podría decir si es bueno o malo o nada, pero al menos ¿es preocupante, no?. Mi primera preocupación apunta hacia algo muy básico para nuestra subsistencia, los alimentos.
No tengo ninguna experticia en el área genética, pero me preocupa saber qué es lo que estamos comiendo, pues nuestra alimentación influye en muchas cosas, por ejemplo nuestra salud y nuestro comportamiento. Por un lado entiendo que a la naturaleza le toma mucho tiempo provocar un cambio evolutivo en organismos complejos, por lo que imagino es una tarea por decir lo menos difícil, cada civilización tiene sus costumbres alimenticias muy arraigadas, incluso dentro de un mismo país. La pregunta es qué ocurre si repentinamente cambiamos los hábitos alimenticios sin darnos cuenta en realidad, porque los alimentos siguen viéndose como antes, siguen siendo “casi” los mismos, salvo por algo muy interesante, genéticamente ya no son los mismos, ¿A qué se refiere con genéticamente modificado? Pues bien, toda la información básica que hace que, por ejemplo, un tomate tenga un color y un olor característico viene dado porque hay una codificación llamada ADN, la cual se ha transmitido de semilla en semilla y como resultado todos los tomates con esa misma información genética tienen un olor y color característicos. Ahora, la ingeniería genética ha logrado modificar esa información utilizándola para optimizar los cultivos y lograr, por ejemplo, frutos resistentes a alguna plaga o definitivamente, que no sean del gusto de algún determinado insecto, lo cual ayudaría a disminuir el uso de plaguicidas, que sí está demostrado que son dañinos para la gente que vive en áreas donde se utilizan indiscriminadamente. Sin embargo, se ha visto que las malezas y algunas plagas han sido capaces de mutar rápidamente, haciendo que la modificación hecha en laboratorio tenga una duración finita, lo cual a su vez potencia el negocio para seguir desarrollando otras combinaciones genéticas. Un ejemplo es una mezcla genética entre el salmón ártico y los tomates, para lograr que estos últimos duren más tiempo en cámara de frío o un tipo de maíz con capacidad insecticida.
Queda claro que estas modificaciones genéticas nunca se darían de manera natural, no es una aceleración en la evolución de una especie, es el desarrollo de algo completamente nuevo, ni siquiera es equivalente a algún tipo de injerto, pues éstos requieren de cierta compatibllidad genética entre los especímenes tratados. Desde ahí surge la preocupación, pues los primeros transgénicos se desarrollaron a mediados de los años noventa, por lo tanto, es algo muy reciente como para saber si hay efectos adversos importantes que hagan dudar de una continuación con esta tecnología. Por otro lado, algunos movimientos ecologistas denuncian que no existe una información completa y transparente de los estudios realizados, pues los grupos científicos independientes en el área son muy pocos debido al alto costo que involucran. Sin embargo, los laboratorios que desarrollan estas tecnologías sí tienen algunos estudios al respecto, pero a su vez son enfocados al gen implantado, sin abarcar el organismo utilizado como un todo, ni menos a los efectos al ambiente donde se desarrollan los cultivos. Otra preocupación es la mezcla que puede ocurrir con alimentos convencionales (no modificados) debido a polinización, transporte, etc.
Hasta el momento, no se sabe a ciencia cierta cómo va a evolucionar la alimentación con estas tecnologías, pues por un lado uno podría pensar que esto es útil para terminar con la hambruna en ciertas regiones del planeta, cosa que no es cierta. Por otro lado está el negocio de la tremenda industria que existe detrás del desarrollo de esta tecnología, pues la alimentación es una necesidad que crece junto con la población. Creo que al final estamos frente a algo que será como un efecto mariposa o cómo se quiebra un vidrio, sabemos cómo empieza, pero no sabemos claramente cómo evoluciona, pequeños detalles harán evoluciones distintas, lo único que se puede hacer al respecto es estar atento y exigir como comunidad una mayor información al respecto.
Felipe Aguilar
